Primero tenemos que cortar las hojas y ramas secas. Retire con cuidado la planta de la maceta. Si está en una cama de plantación o en un jardín, retire la planta con un buen bloque de tierra circundante, siempre teniendo cuidado de mantener las raíces intactas.
Luego colocamos la planta, junto con la tierra, en un recipiente grande que tenga espacio extra y lo llenamos con agua caliente, indispensable para aumentar la absorción de agua en la tierra.
Una buganvilla condenada
En el otoño de 2010, una vieja casa de campo en Fuengirola iba a ser demolida para una nueva construcción.
Comprobar el estado de las raíces, clave para restaurar una planta regada en exceso
La hora de la verdad. Aquel del que, en realidad, depende la supervivencia de nuestra planta y el éxito de nuestras tareas de jardinería. Como decía, las víctimas del exceso de agua son siempre las raíces. Por lo tanto, antes de continuar, necesitamos ver dónde están. Si las raíces son blancas, están sanas. Si encontramos raíces negras o que han comenzado a pudrirse, lo mejor es cortarlas. Así las limpiaremos antes de volver a plantar.
Un consejo: si vamos a plantar de nuevo en la misma maceta, es importante desinfectarla. Bastará con lavarlo bien con alcohol o lejía. De esta forma, cualquier hongo que pueda haber allí desaparecerá.
Mala iluminación
La principal razón por la que las buganvillas no florecen es que no reciben suficiente luz solar. Esta planta necesita mucho sol. ¿Cómo exactamente? Necesita al menos 5 horas para florecer. Pero necesitará 8 horas de iluminación para dar la mayor floración posible. (adsbygoogle = ventana.adsbygoogle || ).push({});
Cuanto más sol le de a la buganvilla, más flores tendrá.
· Ubicación
Si la planta estuvo en un lugar con luz solar directa durante los días que estuvimos fuera, es recomendable reubicarla para evitar que reciba más luz solar directa, manteniendo un alto nivel de brillo tanto como sea posible.
El estado del sustrato también es fundamental antes de empezar a hidratar la planta. Lo primero que tenemos que hacer es quitar la primera capa de tierra de la maceta o jardinera en la que la hemos plantado, porque suele quedar amontonada y esto impedirá que el riego que hagamos penetre bien hasta las raíces.