La camelia es una planta de origen oriental, que llegó a Europa con los jesuitas. De hecho, su nombre proviene de un padre jesuita, Camellus, que vivió en el siglo XVII. Hay más de 80 especies diferentes de árboles y arbustos y un sinfín de variedades de flores; todo de gran belleza.
Su flor es bastante grande, aunque la forma depende de la variedad. Los más simples tienen una corola con cinco pétalos y muchos estambres en racimos. Las dobles y semidobles tienen muchos más pétalos, son más oscuras y pueden terminar pareciéndose a peonías y rosas. Los colores de las flores van del blanco al morado, salmón, amarillo, rojo, rosa o bicolor. Las hojas son muy firmes, ovaladas, con bordes dentados, terminando en la punta, de color verde oscuro muy brillante, con el envés más pálido. Esta planta es símbolo de longevidad, suerte, felicidad...
La ubicación, lo más importante para saber cuidar las camelias
Probablemente lo más importante sobre cómo cuidar las camelias . Como decía, los cambios no son lo suyo y tampoco toleran el sol directo. Dos buenas razones para que el lugar de plantación reciba sol de primera hora de la mañana o, en su defecto, sol de última hora de la tarde. Por tanto, sí: es un arbusto perfecto para tener en semisombra o en plena sombra, aunque si lo eliges, no florecerá como es debido.
Esto es algo importante para recordar. Si se expone al sol durante las horas centrales del día, sus hojas se quemarán. Un detalle que no es menor: mientras la planta intente recuperarse, no disfrutaremos de sus hermosas flores. El problema de la economía vital de las plantas: supervivencia antes de la floración.
Consejos
Le gusta la humedad en su ambiente, por lo que en lugares de ambiente seco -como la Región Metropolitana-, es buena idea rociar sus hojas con agua. Se recomienda abonar la tierra después de la floración, cuando los botones florales ya son visibles en la parte superior de las ramas. Especialmente en invierno, es recomendable ayudar al crecimiento de la planta y concentrar sus energías en una buena floración quitando las hojas y ramas secas. También puede eliminar las ramas mal ubicadas y el rebrote de las patas del arbusto. Otra recomendación es cortar las flores una vez que se ponen feas, ya que reducen la resistencia de la planta.